Por: EL TIEMPO 10 de febrero 2002 , 12:00 a.m.
Busquen el maletín negro. Ese es mío. Lo demás se lo pueden quedar . Esa instrucción, originada en un jefe paramilitar al que la justicia identifica como el Comandante 28 , es la razón de ser del guaqueo que convirtió la casaquinta del extinto narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mexicano , en un verdadero queso gruyere.
El comandante 28 parece ser uno de esos mercenarios sueltos que dejó tras de sí El Mexicano , cuando su imperio se extendió por Pacho y Yacopí (Cundinamarca) con Cuernavaca I y II y Freddy I y Freddy II, las gigantescas haciendas que compró y bautizó con el nombre del hijo que lo acompañó hasta su muerte en 1989.
Fue él, hasta donde sabe la justicia, quien logró, a través de terceras personas, contactar al coronel de la Policía Hernando Rafael García Payares, al guardián del Inpec Pedro Joaquín Molina y a 13 obreros para encontrar el tesoro oculto en la residencia de El Mexicano , en el barrio Suba, en el noroccidente de Bogotá.
Qué tesoro? Lingotes de oro, dólares y joyas, pero ante todo un maletín negro que parece contener varios de los documentos con los secretos mejor guardados de El Mexicanoi .
Este grupo de guaqueros quedó al descubierto el pasado miércoles cuando un comando de 50 hombres de reacción inmediata del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de Bogotá irrumpió en la mansión pasada la media noche y los capturó.
Las informaciones sobre la guaca se fortalecieron el día martes con la presencia de una bruja, curtida en la búsqueda de tesoros perdidos. La mujer recorrió la casa, hizo rezos y regó agua que llevaba de una botella repleta con hierbas. Están cerca, muy cerca, la guaca está a 20 centímetros , les dijo.
Pero, por qué es tan importante ese maletín?.
Los investigadores suponen que allí pueden existir desde una lista con nombres de nexos de la mafia, hasta mapas de guacas, rutas de drogas, cuentas bancarias en el exterior y registros que permitirían reclamar la propiedad sobre una serie de bienes del capo de las drogas del desaparecido cartel de Medellín.
Uno de los investigadores explicó: Rodríguez Gacha tuvo tanta riqueza, no solo en el país sino en el exterior, que perdió la cuenta de la cantidad de dinero y propiedades que tenía .
El coronel García, descabezado esta semana por el director de la Policía, general Luis Ernesto Gilibert, es el personaje más importante de cuantos han sido involucrados en esta historia.
El coronel activo, a quien la junta de generales no llamó a curso de ascenso el año pasado, estaba en periodo de vacaciones y estaba asignado a protección de dignatarios. Sus versiones podrían llevar a descifrar lo que hay detrás de este suceso.
Este diario conoció que, pese a que el coronel públicamente ha dicho que estaba en el lugar jugando billar por una invitación, le dijo a la Fiscalía y la Procuraduría que sí tenía conocimiento sobre el supuesto tesoro escondido y que a él lo habían contactado.
El guardián también ha reconocido que estaban tras una guaca.
Otras declaraciones de los implicados han revelado a los investigadores, en cabeza del fiscal 241 destacado ante el CTI, que posiblemente otros oficiales y funcionarios del Inpec estarían también involucrados en la búsqueda.
La Fiscalía escudriña los antecedentes de los obreros porque tienen información en el sentido de que algunos de ellos pueden ser miembros de la temida banda de La Terraza de Medellín, señalada de ser responsable de más de dos mil crímenes, la mayoría de ellos durante la guerra entre los carteles de Medellín y Cali.
De hecho, los fiscales tienen indicios para creer que estos guaqueros ya habían encontrado plata enterrada en la casa.
Lingotes de oro.
Esa versión la suministró a la justicia una de las personas que participaba, según él, en ese trabajo .
De acuerdo con su declaración, el primer tesoro que se encontró, se repartió mal y por eso decidió contar a la Fiscalía, además de pedir una jugosa recompensa por su información.
Este episodio es apenas el último de una serie de hechos que han evidenciado que más de una persona ha estado tras los tesoros escondidos de Rodríguez Gacha, que en la década de los 80 apareció registrado en la revista Fortune, destacado como uno de los hombres más ricos del mundo.
En 1999, en el clímax de la guerra contra el narcotráfico, el capitán Alvaro Uscátegui, huyó de un allanamiento a la finca Cuernavaca con 19 millones de dólares de una de las caletas que tenía El Mexicano . Además de dólares se encontraron decenas de lingotes de oro.
Por estos hechos, el capitán cumplió una condena de cinco años de prisión. Recobró su libertad el 17 julio de 1996.
Más tarde, el Ejército encontró otro tesoro en las propiedades de Rodríguez Gacha: tres canecas con documentos de más de 150 propiedades del capo y fajos de dólares. Esa imagen le dio la vuelta al mundo.
Después de la muerte de El Mexicano , en diciembre de 1989, abatido por la Policía en cercanías de Coveñas (Sucre), crecieron los rumores sobre los innumerables tesoros escondidos del capo. Muchos se aventuraron a buscar en las fincas, en las casas, y hasta en las montañas y ríos que rodeaban sus propiedades.
Los pobladores de la región hablan de una leyenda que dice que El Mexicano tardó meses construyendo una caleta, debajo de una quebrada, para enterrar toda una fortuna, luego ordenó la muerte de quienes participaron para no dejar rastro alguno sobre su paradero.
Ahora, incluso, de no ser por la versión de Gladys Pimentel, esposa de Gacha, hoy condenada y privada de la libertad por enriquecimiento ilícito, quien ha dicho que en Suba no hay ninguna guaca porque esa era la casa consentida de su esposo, sería difícil creer en la versión del testigo y la información que posee el Comandante 28 sobre la existencia de un tesoro oculto, que al parecer, muchos están dispuestos a desenterrar a costa de su propia vida o su libertad.