“Quién olvida su historia esta condenado a repetirla”
Diciembre es el mes más cruel para la historia reciente del pueblo de Colombia, quien se resiste a olvidar los miles de caídos en la guerra feroz que emprendiera entre 1984 y 1993 el Estado colombiano en contra del narcoterrorismo.
La frase del título invita a que toda generación del futuro debe ser educada a través de la historia, porque el que deja atrás el pasado, no aprende de ello y por esta razón tiene altas probabilidades de volverla a repetir.
Colombia.- El 19 de Julio de 1991 fue el día que toda Colombia se sorprendió, el tan temido y poderoso Pablo Escobar decidió ponerse en manos de la justicia para pagar por sus delitos en prisión; sin embargo, todo se trataba de un acuerdo previo.
Según los planes de Escobar y lo hablado con el presidente colombiano de ese momento, el estaría un tiempo en prisión a cambio de la no extradición a Estados Unidos.

Todo fue calculado con antelación, y fue el mismo “Patrón” quien construyó La Catedral para ser su hogar por un tiempo. La cárcel de Escobar era un espacio elegante y de lujo, que más que una prisión, parecía un área de recreación.
La Catedral fue construída en el Cerro de La Paz, localizado en Enviado, Antioquia. La elección del terreno no fue una casualidad según Univisión, pues Escobar creció en este sitio.
Los medios de comunicación locales informaron que la prisión de Escobar asimilaba más a una finca de retiro con discoteca, sauna, sala de billar, muebles y acabados de lujo. La cerámica de pisos y baños fueron traidos desde Italia. Esto no era todo, también contraba con cancha de fútbol que además de ser visitada por famosos futbolistas, fungía como pista de aterrizaje.
La “celda” de Pablo Escobar era una especie de búnker que lo mantenía protegido de posibles ataques por parte de otros reos y la cerca eléctrica que rodeaba a la prisión era controlada desde este lugar.

Tenía sus días planeados, a plena luz lideraba aún el Cártel de Medellín y sus noches eran pura diversión con invitados especiales.

Supuestamente este sitio estaba bajo el control de la Guardia Nacional Colombiana, pero aseguran que era también gente de el “Patrón”, pues no confiaba del todo.
La histórica fotografía de Escobar al interior de La Catedral usando un gorro ruso es la única conocida del capo en su interior, la prenda le fue obsequiada por su madre en la navidad de 1991.

Todo parecía bajo control, el gobierno tranquilo y Escobar aún operando, pero la violencia regresó. El zar de la droga ordenó dos asesinatos, el de Fernando Galeano y Gerardo Moncada, al parecer por traición.
En este momento se rompió el acuerdo entre Escobar y el gobierno colombiano, el capo escapó por uno de los muros traseros que construyó de yeso para estos casos.
A las afueras de La Catedral fue colocada la siguiente leyenda: “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”.

Originalmente publicado en23 agosto, 2020 @ 7:08 am